Museo de Historia Natural y Etnografía de Valbona 

Mirador de la Calera

65XP+XQ, 44430 Valbona, Teruel

¿Qué es una calera?¿Cómo se produce la cal?


El principio de funcionamiento del horno de cal, aplicación de calor a la piedra caliza, ha sido el mismo desde sus inicios remotos hasta los hornos industriales actuales.

La cal (también llamada cal viva) es un término que designa todas las formas físicas en las que puede aparecer el óxido de calcio (CaO). Se obtiene como resultado de la calcinación de las rocas calizas o dolomías. La cal fue hasta el siglo principios del siglo XX el cemento de la actualidad, se mezclaba con arena o arcilla y se utilizaba para unir piedras o ladrillos. También se usaba para pintar paredes, proporcionando poder desinfectante y como refrigerante de las viviendas, al reflejar el color blanco de los rayos del sol. La cal, se obtiene como resultado de la calcinación de las rocas calizas, como las que pueden verse en este entorno. La ecuación química de la reacción para obtener cal a partir de las rocas calcáreas (carbonato cálcico) es: 

CaCO3 [carbonato cálcico] + calor → CaO [óxido de calcio] + CO2 [dióxido de carbono] 

Esta reacción tiene lugar hacia 900 ° C, aunque para tener velocidad de reacción más alta se suele trabajar a unos 1000 ° C. 

Esta calera es probablemente del tipo denominado “horno efímero”, eran los que se fabricaban cerca de la montaña donde abundaba leña y piedra caliza, su construcción a diferencia de los hornos permanentes o industriales no era tan elaborada, ya que no se utilizaban tan a menudo. Para construir la calera, habitualmente, se elegía un terreno con una pendiente considerable y con abundancia de piedras y leña. La calera consistía en un pozo de unos pocos metros de profundidad, que se recubría interiormente de un muro de piedra, elevado del suelo unos 2 m. Esta estructura quedaba fija, aunque había que repararla tras cada utilización. Las piedras que se querían transformar en cal (bolos) se disponían recubriendo interiormente la calera. En el centro se iba colocando la “malea” (combustible vegetal: coscoja, aliagas, etc), que iba sirviendo de andamio y posteriormente de combustible. Una vez armada se cubría con algunas plantas consistentes y después con barro. Se encendía por una puerta, que se dejaba entre el muro de piedra y ardía durante 3 días y 3 noches alimentándola con más “malea”. Una calera media podía consumir miles de matas de “malea”, consumiendo una gran cantidad de monte cercano. La calera no se volvía a usar hasta pasados 3 ó 4 años hasta que se recuperaba la zona. La calera la montaba y organizaba un técnico calero.     

Imagen de la calera, donde puede verse el muro de la calera y en su cima el “Mirador de la Calera”, con numerosos restos de piedras pequeñas que tapaban la misma (“cascajo”) 

Desde el punto de vista histórico, “Como anécdota a estas notas, conviene recordar que hasta hace poco más de un siglo o siglo y medio y en según qué regiones de España, cuando se tenía un hijo se preparaba una balsa que rellenaban con cal, para cuando este tuviese que emprender la construcción de su casa.” 

Recuerdo cuando era joven y mi padre (Ramón Monleón Hormichea, el jaimón) pintó las paredes del Museo con cal, era algo habitual en Valbona encalar las paredes. .

El lapiaz, goetitas y balas

Otro elemento característico de la zona es el lapiaz, muy típico de esta comarca y que señala grandes losas calizas pertenecientes a antiguos terrenos inundados por el mar en los periodos Jurásico y Cretácico hace millones de años. Si uno se fija bien encuentra también pequeñas piedras negras muy férricas como pequeñas bolas, no son más que goetitas una forma de mineral de hierro (oxihidróxido de hierro), caracterizado por una gran pureza de hierro (>60%). Se especula que su origen está en el interior del lapiaz, formado hace millones de años por precipitación de carbonato cálcico en las aguas cálidas del mar existente en la zona durante Jurásico-Cretácico. Las goetitas se pudieron formar como precipitado primario en estos ambientes marinos y pantanosos después de la oxidación de aguas que contenían hierro (Fe2+), o quizás por la descomposición de seres vivos que quedaron atrapados en estas mismas rocas y después se transformaron en goetita al descomponerse. También en la zona se han encontrado numerosas balas, indicios de los combates en la zona durante la Guerra Civil Española (1938).     

Paisaje vegetal del entorno

El paisaje vegetal de la zona Constituido fundamentalmente por coscojas (Quercus coccifera), especie indiferente al sustrato que se desarrolla mejor sobre los suelos básicos, tolerando incluso los yesosos. Se cría en terrenos secos y pedregosos, aguanta muy bien las sequías prolongadas —donde desplaza a las formaciones de encinas—, no soporta bien las heladas y es una especie adaptada al fuego. El monte espeso de coscojas suele formar una maraña densa y pinchosa que rebrota con fuerza tras los incendios. Su importancia ecológica es excepcional, pues constituye un refugio de numerosas especies de fauna y es protectora y formadora de suelos.  También pueden verse encinas (Quercus ilex), tomillos (Thymus sp), aliagas (Genista scorpius) y otras plantas típicas de los montes bajos.  

Geología de la zona

La Geología de la zona Esta zona, se engloba dentro de la denominada “Formación Villar del Arzobispo”, una formación geológica muy conocida de la transición entre el Cretácico y el Jurásico del este de España, donde encontramos gran abundancia de rocas calizas, lutitas y areniscas. La edad de la Formación Villar del Arzobispo, aproximadamente 145-141 millones de años (época Titónico-Berriasiense), donde alternan zonas continentales, zonas marinas y zonas deltaicas. Tal como sucede en otras zonas de Teruel muy cercanas a Valbona, toda esta zona hace 145 millones de años era probablemente un territorio situado en un delta, con influencia marina y clima tropical-subtropical. En esta época en el tránsito entre el Jurásico y el Cretácico los dinosaurios abundaban en estos parajes en los que había una gran diversidad de plantas, favorecida por la intensa humedad. En la zona del “Mirador de la Calera” y su alrededor podemos ver grandes losas blancas denominadas “lapiaz”. Un lapiaz es una zona o superficie pétrea irregular de rocas carbonatadas o evaporíticas modeladas por la disolución química y el hielo con múltiples surcos, orificios y aristas agudas.​ La superficie de cada surco u oquedad suele ser de dimensiones pequeñas o medianas, separado por tabiques o paredes de roca en algunos casos agudos. Los lapiaces aparecen en afloramientos de calizas o yesos afectados por procesos kársticos y son, por lo tanto, formas kársticas elementales. Este lapiaz parece tener su origen en el mar que cubría esta zona hace millones de años y de los que se conservan numerosos restos fósiles. Curiosidades geológicas de la calera En esta zona encontramos junto con las rocas calcáreas abundantes rocas silíceas (areniscas), quizás como base de la calera o bien debido a la composición de las rocas calcáreas han aparecido en la calera numerosos restos de rocas vitrificadas por las enormes temperaturas alcanzadas durante el proceso de cocción (1000ºC).